La política, para algunos, funciona solo a través de la manipulación mediática. Este tipo de gente entiende que los medios son una baza para convencer a la gente e inculcarle ideas. Por eso hemos visto durante estos años que una de las estrategias es la de «demonizar» a un adversario (el famoso «enemigo único» de la propaganda nazi) y luego culparle de todo lo que ocurra, incluso de las cosas que uno o su ideología hace (el también famoso principio de Transposición»). Esta estrategia la lleva empleando la derecha desde siempre. Y lo hace porque les funciona. El problema viene cuando dicha estrategia se les vuelve en su contra.
Lo hemos visto con el ejemplo de Putin. Los que hasta hace poco le apoyaban por el hecho de que este tipo es de su misma ideología (de derechas), ahora que la opinión pública se ha vuelto en su contra por una guerra e invasión que se retransmite en todos los medios, no hacen más que renegar de él e intentar por todos los medios de borrar todo rastro de vínculos con el «apestado». Ahora resulta que la derecha española intenta vender la idea de que es «comunista» el mismo que renegó del comunismo, que criticó la URSS de Lenin y cuyo partido en la oposición es el Partido Comunista de la Federación Rusa (que le acusó de fraude electoral). El mismo que pertenece a un partido de derechas (Rusia Unida), un partido que no es sino una suma de partidos de derecha: el Frente Popular Panruso, Unidad (fundada por Yeltsin) y el partido de bloque de partidos de derechas Patria – Toda Rusia; que se ha dedicado a perseguir y encarcelar a comunistas; con un presidente conservador y nacionalista, que tiene (repito) una ideología claramente conservadora (cristiano, homófobo, tradicionalista imperialista, belicista, nacionalista, neoliberal, etc); amigo de los partidos fascistas que justamente son usados como referente de la derecha española y a los que financió porque son de su misma ideología y porque con ellos desestabilizaría y debilitaría a la Unión Europea.
Y sin embargo, en su poca vergüenza, vemos ahora (en 2022 y tras convertirse en el odiado a ojos del público europeo) a gente como Marhuenda usar el Principio de Transposición, propio de la ideología a la que pertenece. Diciendo que Putin es «comunista» y que son la izquierda quienes «Le han convertido en un tío de derechas».
¡Buenos días! Este es mi artículo de hoy:
📰 «Lo peor está por llegar»
«El presidente ruso es un producto de la Unión Soviética y es, sobre todo, un comunista»
https://t.co/52g1eNr2sq— Francisco Marhuenda (@pacomarhuenda) March 5, 2022
Sin embargo, la hemeroteca nos muestra cómo este personaje de la derecha mediática de este país, de oficio cuñado (tertuliano), no paraba en elogios en su admiración por él años atrás y en defender sus políticas.
En 2014…
En 2016…
Putin, que es un gran patriota ruso, defiende los intereses de Rusia, algo que no nos acaba de gustar. #TrumpPresidenteEC pic.twitter.com/xVE11u2ec9
— Francisco Marhuenda (@pacomarhuenda) November 9, 2016
La sociedad europea es complaciente y soberbia. Las guerras son para luchar hasta el final. El único con valor es Putin #AtentadoNizaEP
— Francisco Marhuenda (@pacomarhuenda) July 15, 2016
En 2017…
La OTAN es un resto de la guerra fría. Es una chorrada mantener la OTAN pic.twitter.com/QPmT4V0EoR
— Francisco Marhuenda (@pacomarhuenda) February 17, 2017
Tanto Trump como Putin son dos personas muy inteligentes y patriotas que estamos menospreciando. #TrumpPutinEP pic.twitter.com/1oDOsskDlq
— Francisco Marhuenda (@pacomarhuenda) July 7, 2017
En 2021…
Internacional | Los comunistas organizan protestas y acusan a Putin de “fraude electoral” por los resultados de las elecciones https://t.co/fg87wFOOf5
— Francisco Marhuenda (@pacomarhuenda) September 20, 2021
¿Pero no se supone que según él, ahora (2022), Putin era «comunista»? Así se lo recordaron, de hecho, en twitter convirtiendo su nombre en ht.
El grado de desfachatez y ridículo de gente como Paco Marhuenda no tiene límites. Y es que su periodico (es director de La Razón desde el 11 de febrero de 2008 publicaba) en 2010, que Rusia se desmarcaba de Stalin y del comunismo y que Putin recogía el guante populista de Yeltsin para ganar las elecciones de 2011 y empezaba con una ola de privatizaciones, al igual que hizo Yeltsin. ¿Desde cuando las políticas de Yeltsin y Putin y su ideología han sido «comunistas»? ¿Es que Marhuenda no lee ni lo que se publica en su periódico? Porque es eso o es que es un mentiroso y un manipulador.
¿Y cómo es posible que en 2011 su periódico informara de que los siete partidos de la oposición denunciaran fraude electoral, entre ellos el mayor partido de la oposición (el Partido Comunista) y luego diga que Putin es «comunista»? En 2011 en su periódico se publicaban artículos como este, (énfasis original) con su también admirado Aznar, presidente del partido del que él formó parte y que insiste en defender en las tertulias, diciendo:
El expresidente del Ejecutivo ha manifestado su deseo de que Rusia, que celebrará elecciones legislativas el próximo 4 de diciembre y presidenciales, en marzo de 2012, salga «todavía más fortalecida»de estos comicios, al igual que España tras el 20 de noviembre.
Ha animado a Putin a continuar trabajando «por el estado de derecho como mejor motor para la estabilidad democrática y con la ley, como mejor instrumento para garantizar la libertad, la igualdad y la justicia». «Estas son las mejores bases para construir el futuro de un gran país», ha resumido Aznar.
Putin estuvo al frente del Kremlin entre 2000 y 2008, cuando cedió la presidencia a Dmitri Medvedev, al no poder aspirar a un tercer mandato, y pasó a asumir el cargo de primer ministro. En marzo de 2012, pretende volver a hacerse con las riendas y ser relevado por Medvedev al frente del Gobierno.
Ha destacado la sintonía que tuvo con el mandatario ruso cuando ambos coincidieron en el poder. «Me entendía bien con Putin. Creo que tenía y creo que tiene un proyecto para Rusia», ha subrayado.
Según Aznar, su meta fue potenciar el vínculo entre ambos países con una relación «muy sincera, que se basa en decir lo que uno piensa sin ambigüedades, ni medias verdades».»La confianza se construye sobre la sinceridad, reconociendo las puntos de discrepancia, pero buscando acuerdos positivos que permitan mirar al futuro», ha explicado.
Pero nada de todo esto, como he dicho, importa a la derecha española. Porque al igual que el Principio de Transposición usarán la máxima de la propaganda que más resultado les da para convencer: repetir una mentira un millón de veces hasta que la gente crea que es la verdad. Ellos lo llamarán «cruzada». Yo lo llamo hipocresía.